Me detuve a sentir qué emociones tenía antes de que surgiera esta necesidad tan descontrolada por comer. Casi siempre sentía tristeza, ansiedad o una sensación de aceleramiento que no sabía cómo parar. Empecé a anotarlo todo en un cuaderno o en las notas del móvil en el mismo momento en que estas emociones me invadían. Describía en qué parte del cuerpo las sentía, qué intensidad tenían del uno al diez, que me apetecía comer en cada momento, que pensamientos tenía respecto a la situación y a mí misma en ese momento.
Todo esto me hizo aprender mucho de mí, de lo que me motivaba a comer, de lo que buscaba conseguir cuando comía, de lo que significaba la comida y el momento de comer para mí. Averigüé para qué comía y aprendí a cubrir esas necesidades de otra manera.
Esto no quiere decir que haya dejado de comer lo que necesito y también lo que me apetece en momentos concretos, pero soy yo quien decido si lo hago o no de una forma consciente. Me he liberado del poder que daba a mis emociones, conociéndolas y conociéndome y no podría estar más contenta con el resultado.
De hecho, cuando ahora siento esa sensación de aceleramiento que me cuesta tanto afrontar, soy capaz de pararme y darme cuenta de que eso es lo que me está generando la necesidad de comer de forma inmediata y alimentos concretos. Puedo detenerme a valorar otras opciones y tener la libertad de elegir lo que como y, todo ello, gracias al conocimiento que he obtenido de permitirme sentir mis emociones y profundizar en ellas para entenderlas. Ahora elijo yo conscientemente lo que como en cada momento, no siento que nada me “arrastre” o me “domine” y con esa consciencia escojo lo que quiero comer y, sea lo que sea, ya no siento culpa porque el poder está en mi, yo decido.
El resultado de aprender a gestionar mis emociones fue tan positivo para mí que quise formarme como coach para ayudar a otras mujeres a conseguir lo que yo he conseguido. El coaching permite a la persona conocerse y encontrar sus recursos de una forma rápida y eficaz. Yo decidí enfocarme en la solución y no en el problema, era hora de que las cosas cambiaran y el coaching me ayudo a conseguirlo.