Escucha esta entrada en formato podcast:
Hay muchos motivos por los que una persona, de repente, come sin aparente control. Estás tranquilamente viendo la televisión, sin más y, de repente, recuerdas que mañana tienes un día complicado en casa o en el trabajo y no sabes cómo vas a llegar a todo, empiezas a sentirte nerviosa, intranquila y tu ansiedad comienza a crecer. De forma casi automática te levantas y vas a la cocina, empiezas a abrir los armarios en busca de algo que te apetezca comer y que calme esas emociones que se empiezan a descontrolar y que tan mal te están haciendo sentir.
¿Por qué sucede esto? A mi me ha sucedido y me preguntaba ¿por qué como con ansiedad, si no tengo hambre? No hay una única respuesta a la pregunta de por qué comemos por ansiedad o por qué tenemos hambre emocional. Hay tantas respuestas como personas y, es más, puede haber tantas respuestas como situaciones. Porque a veces el motivo es uno y otras veces el motivo es otro. La cuestión es ¿por qué a ti te sucede cuando te sucede?
Vamos a intentar encontrar una respuesta que sólo conoces tú y yo voy a ayudarte con algunas preguntas. Si te animas a probar, a buscar en ti y a escucharte, te propongo que hagas este ejercicio tranquilamente. Tómate tu tiempo.
Te voy a pedir que pienses en las áreas más importantes de tu vida, hazlo despacio, tomándote tu tiempo y yendo una por una: familia, pareja, trabajo, economía, salud, inquietudes personales y emocionales. Una vez que hayas pensado detenidamente en ellas, valóralas del uno al diez en función de lo satisfecha que estés con cada una de ellas (cero es nada satisfecha y diez muy satisfecha).
Tal vez te sea útil preparar un papel en el que escribas algo así:
- FAMILIA:
- PAREJA:
- TRABAJO.
- ….
Por ejemplo, en pareja, yo pondría un 8, porque estoy contenta tal y como estoy ahora. Y eso que no tengo pareja, pero creo que es el momento adecuado y que ahora mismo, pensando en el tema de la pareja, mi situación es la que quiero que sea. Fíjate que igual le pongo un 9. Estoy muy a gusto conmigo misma.
Mira las puntuaciones que estén más bajas y piensa, qué te gustaría hacer, qué puedes hacer, por qué está así…, etc. ¿Recuerdas alguna situación que te haya hecho tener ansiedad por comer y que esté relacionada con aquellas áreas que tiene las puntuaciones más bajas? ¿es siempre la misma situación o son situaciones distintas?
Si hay situaciones o emociones que se repiten, que te han generado una necesidad imperiosa de comer, has encontrado tu patrón de disparadores, es decir, qué situaciones, emociones o pensamientos que se repiten te llevan a comer. Si los identificas es más fácil que, cuando aparezcan, puedas actuar con mayor consciencia dentro de la situación, lo que te permitiría encontrar otros recursos para actuar sobre aquellos condicionantes que te están haciendo comer impulsivamente.
El hecho de saber cuáles son estos disparadores es un primer paso y es muy importante. El segundo sería profundizar en su conocimiento, por ejemplo, cuando llegas a casa y ves todo lo que tienes que hacer, te sientes estresada y empiezas a comer. Conocer lo que implica para ti esa situación sería profundizar en el significado que le estas dando y ese es el disparador real que te hace comer sin control, no la situación en sí misma. Me gustaría que te respondieras a estas preguntas ¿qué piensas cuando ves todo lo que te queda por hacer? ¿te agobia la idea de no ser capaz de llegar a todo?, ¿qué tendría de malo si no hicieras todo lo que tienes que hacer?, ¿qué piensas sobre ti si no lo haces?
“No comes por la situación,
comes por la interpretación que haces de la situación”
A medida que vas respondiendo a estas preguntas podrás irte dando cuenta de qué pensamientos y emociones te están causando esa forma de comer a la que llamamos hambre emocional, qué disparadores son los más frecuentes en tu caso. Los disparadores son el resultado directo de cómo estás interpretando tú la situación, del valor que le das, de las creencias que tienes sobre cómo deberían ser las cosas o de cómo deberías ser tú en ese momento. Sólo conociendo todos estos elementos en profundidad podrás entender el para qué comes y eso te permitirá encontrar una solución alternativa a la comida para “saciar” de verdad esa hambre que no es de comida.
Espero que este pequeño ejercicio de reflexión te haya servido de ayuda y también que te haya permitido conocer cómo funciona y cómo puede ayudarte el coaching (a través del autoconocimiento) a aprender a gestionar las situaciones y las emociones que te llevan a comer de forma impulsiva y descontrolada.
Como coach te acompaño a que tengas una “conversación” contigo misma. Soy como un espejo para ti, te devuelvo tus pensamientos, tus dudas, tus reflexiones para que puedas mirarlos de una forma más ordenada y profunda. Cada mujer con la que trabajo es una historia personal diferente, una forma distinta de entender la vida y de vivirla, disfruto acompañándote a mejorar tu mundo.
Descarga esta entrada en PDF:
E-mail: laura@lausanz.com
Móvil: + 34 682 245 929